Esmalte dental
Cubierta
de gran pureza, compuesto por HIDROXIAPATITA (mineral más duro del cuerpo
humano y también presente, pero en menor densidad, en huesos) que recubre la
corona de las órganos dentarios, afectando a la función masticatoria.
Por lo
tanto, está en relación directa con el medio bucal por su superficie externa, y
con la dentina subyacente por su superficie interna. En el cuello tiene
relación inmediata o mediata con el cemento que recubre la raíz, siendo
extremadamente delgado a este nivel y aumentando su espesor hacia las cúspides,
donde alcanza su espesor máximo de 2 a 2,5 mm en piezas anteriores y hasta 3 mm
en piezas posteriores.
El
esmalte es translucido de color blanco o gris azulado. El color de nuestros
dientes está dado por la dentina, se trasluce a través del esmalte y está
determinado genéticamente. Generalmente los dientes presentan un color
amarillento, excepto en el borde incisal, donde predomina el color gris azulado
del esmalte.
El
esmalte está formado principalmente por material inorgánico (90%) y únicamente
una pequeña cantidad de sustancia orgánica (2,9%) y agua (4,5%). El material
inorgánico del esmalte es similar a la apatita.
Estructura
-
Prisma: formado por varillas o prismas de esmalte, dispuestas
oblicuamente sobre la superficie del diente.
-
Bandas de Hunter-Schernger: bandas oscuras y claras alternadas de
ancho variable, se originan en el borde amelodentinario y se dirigen hacia
fuera, terminando a cierta distancia de la superficie externa del esmalte.
-
Ameloblastos: células formadoras de esmalte.
Este
tejido no tiene la capacidad de regenerarse.
Función principal
Proteger a los dientes de las agresiones
externas. El problema es que el esmalte mismo, debido a su alto contenido en
minerales, es vulnerable y un número repetido de ataques ácidos puede ser
suficiente para causar su desmineralización.
Se da el caso además de que incluso los hábitos de higiene dental pueden ser perjudiciales en este sentido, así por ejemplo, si nos cepillamos los dientes demasiado tiempo o demasiado fuerte, también favorecemos el desgaste. Cuando el diente se desmineraliza, se queda sin su protección.
El esmalte entonces se vuelve poroso, con pequeños orificios en su superficie por los que las bacterias entran dando lugar a problemas dentales como la formación de caries. Para detectar si esto está empezando a ocurrir, debemos fijarnos en si los dientes se vuelven más sensibles y presentan una ligera decoloración que se visualiza como manchas amarillas.
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